Nuestros sueños se difuminan como el jabón entre mis manos
El agua ya me ilumina, de mí no brotan sino pensamientos
huraños
La brisa nos calcina,
Le impulsa el dolor que se avecina
Pues es tu cintura donde no hay más que delirio y sopor
Retira el velo de la enhiesta miseria. Cólmalo candor
Nuestras paredes se hunden, el agua corre por mis brazos
Mientras tu alma vibra en ese lugar donde confinaste
nuestros lazos
Y mentí.
Este maloliente desdén cubre pulcro la frivolidad de un alma
sin mordazas
Pasa, liquido pestilente gorjea ya mis maneras, muestra el filo de tus tenazas
Muestra y corre, ínclita almohada. Donde descansa de mi
inmundicia el recuerdo.
Limpia mis mejillas, pero inunda mi orgullo
Pasa, corre
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