18 abr 2014

¿Qué hay con aquello que es parte de la realidad pero no es real?

       El plástico y aluminio entonces ceden, y al ceder me regalan su fruto blanquecino y abotonado. Doy dos pasos hacia atrás entonces mientras contemplo de fijo dicho botón, viro mi diestra y consigo un vaso con agua que con presteza bebo, no sin antes derribar casi la mitad de una preciosa colección de tazas que otrora me regaló mi Abu junto a una bendición antes de partir a esa maldita guerra, a arrebatarle a esos guachitos pálidos aquello que siempre fue nuestro.
       No me espera un día particular, no haré mucho hoy. Esos soretes me han arrebatado mi humanidad y mi ego, ahora sólo floto en la parsimonia de una vida sobre la que ya no tengo control.
Avanzo con más antipatía que calma a través del corredor y me encuentro una puerta, de la cual miro su cerrojo mientras palpo mis bolsillos buscando el medio para permearla.
      ¡Esto es una puta mierda! He dejado las llaves en el bolsillo equivocado.  Giro el tronco 90º hacia la izquierda con un esfuerzo sobrehumano y 'Voilà, c'est la clé'. Vocifero mientras recuerdo un poco del francés que llevé en el cole. La hazaña está hecha.
Ya está del otro lado recibiéndome un cuerpo desnudo, al borde de lo famélico así como algún otro acompañante improvisado. He de ser hoy el zángano de esa minita, para variar, también pálida.

¿Qué hay ... ?

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